En vez de andar preocupándote por ese problema, ponte a orar y pide a Dios la solución que necesitas

Si haces esto, todo cambia a tu favor.

*Salmo 84:5*

*”Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos.

Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente”*

Todos hemos pasado por las lágrimas; todos tenemos una historia triste que contar. Pero no fuimos llamados a quedarnos en esa situación.

Hay que superar el dolor.

Llénate de fe, seca tus lágrimas y avanza, hay mucho camino por recorrer y no lo harás solo.

Dios no es sólo Dios de las montañas, sino también de los valles.

Aún en tus momentos tristes, Él te inspirará a continuar, una vez más.