DE LA UTOPÍA A LA ACCIÓN

Decálogo 2020, propuesta para pasar de la utopía a la realidad pastoral

Por: El Capellán y licenciado en periodismo Rafael Navarro Barrón

1- Qué si echamos abajo la soberbia de los que nos llamamos ‘siervos de Dios’ y que con obras fariseícas y edificios faraónicos intentamos demostrar quién es más grande en el ministerio pastoral.
2- Qué si desechamos todas las ofensas que nos hemos hecho y empezamos de nuevo con más humildad. Si dejamos de atacar a otras religiones cristianas y entendemos que muchos de sus ministros están peleando igual que nosotros por la fe.
3- Qué si hacemos una sola agenda de trabajo por ciudad Juárez, por Chihuahua y por México y cada quien cumple su parte. Así dejaremos de estar haciendo eventos frustrantes y costosos. Recordemos que en la fe no se compite entre iguales, se pelea contra un auténtico enemigo que es Satanás.
4- Qué si entre todos cerramos las puertas a cantantes, evangelistas, ministros, motivadores ‘cristianos’, últimamente a los especialistas de temas paracristianos y predicadores que sólo vienen a llevarse el dinero de los creyentes y no aportan nada para el Reino de Dios (no hay conversiones), no ayudan a los pobres (los rechazan, les niegan la ayuda material y los juzgan) y el trabajo comunitario. Que dejen ya de exigir costosos hoteles, comidas y escenarios de lujo.
5- Qué si nos sinceramos: el que quiera ser político y es ministro, que deje el pastorado; si alguna agrupación cristiana tiene fines electorales que lo exprese y deje de mentir o jugar con el pueblo de Dios. Ya basta de revolver lo del César con lo que es de Dios. Y si vamos a entrarle a la política preparemos con doctrina a nuestros futuros gobernantes para evitar tanto seudo cristiano y seudo político que se dice cristiano en lugares donde no sirven al Reino de Cristo.
6- Qué si definimos nuestras posiciones ante los políticos y los gobiernos. Hablarles de Cristo como es y de su salvación. Si desean que ayudemos en sus estructuras, que entiendan claramente que somos cristianos y que no podemos esconder lo más valioso que es nuestra fe y la doctrina de Jesús. Si fuera así, entonces exijamos que ellos también escondan su proclividad al mundo y a las actividades de la carne dominadas por el diablo.
7- Qué si nos autoevaluamos y dejamos de expresar lo que no somos: si los templos no crecen es que no hay oración, ni evangelización efectiva, ni consejeros eficaces. Es que algo estamos haciendo mal; hay que evaluar a las megaiglesias, preguntarnos si ese núcleo de creyentes estarán con Jesús en la eternidad o sólo los estamos entreteniendo y explotando.
8- Qué si el 2020 trabajamos más en la santidad y menos en la vanidad. Buscar una consagración efectiva para dejar de ser presas de la carne, del sexo, de la avaricia…
9- Qué si nuestras promesas, primicias, aportaciones ‘especiales’ dejan de ser materiales y ponemos metas de evangelización efectiva. Y si empezamos a distribuir nuestras riquezas ganadas en la trampa y la injusticia del diezmo mal aplicado. Un alma por día por iglesia. Un método infalible de Evangelismo es el amor, la atención y la dirección. Al finalizar el año ciudad Juárez será otra.
10- Qué si este año lo dedicamos al trabajo, al amor al prójimo, a la solidaridad entre pastores, a ayudar más a la gente pobre, al crecimiento espiritual y ministerial. Visitar más hospitales, tener más consejeros y evangelistas visitando cárceles, más cristianos trabajando en orfanatos, en asilos de ancianos; atendiendo a los huérfanos, a las viudas, a niños y mujeres maltratados, a los peregrinos…

QUÉ SI ESTE AÑO 2020 EMPEZAMOS A SER LOS VERDADEROS PASTORES QUE NECESITA CIUDAD JUÁREZ Y MÉXICO